Los alimentos que incluimos en la dieta junto a técnicas de meditación y ejercicios de respiración, ayudan a fortalecer el organismo. 



La forma de comer de una persona dice mucho de cómo es, su estilo de vida y hasta de la forma como demuestra sus emociones, por eso la dieta holística se enfoca en el ser como un todo integral y hace un abordaje de los diferentes aspectos de su quehacer, de su día a día.

“Esta es una filosofía basada en la bioindividualidad, de manera que se diseña un plan alimenticio personal, en el que se analiza lo que usted come, sus gustos, relaciones familiares y laborales, así como su estado energético y de felicidad”, explica Ileana Contreras, Health coach, en nutrición y vida.

La idea es nutrir el cuerpo y también el alma por medio de un conjunto de técnicas para lograr una salud exterior e interior, a través de una adecuada alimentación, ejercicios físicos y la práctica de técnicas de meditación y respiración.

Dentro de los beneficios concretos de la dieta holística destacan una mejor circulación sanguínea, capacidad de respuesta pulmonar y cardiovascular, una mayor flexibilidad, agilidad, fuerza en el cuerpo, un aumento de la energía, y una reducción de estados de depresión, debilidad y tensión.

La terapeuta asegura que hay que tomar conciencia, volver a lo básico, incluir en la dieta abundantes frutas y verduras orgánicas, ir poco a poco; estos pequeños cambios pueden a la larga alejarnos de padecimientos como obesidad o diabetes.

“Una vida desde lo sano, consiste en aumentar el consumo de comida cruda, que esta ocupe la mitad del plato, una buena ensalada o vegetales todos los días, además de dos porciones de fruta y la inclusión de granos integrales”, afirma la especialista.
Otras prácticas que hay que eliminar son el uso de harinas refinadas y grasastrans saturadas, y para que potencie el sabor de la comida use condimentos naturales en vez de los saborizantes preparados.
Igualmente coma todos los grupos de alimentos de manera equilibrada, cuando se elimina alguno por completo de la dieta el organismo tiende a compensar comiendo más de otro, por ejemplo más azúcares, carbohidratos o grasas.  
Si va al  supermercado muévase por el perímetro, ya que ahí es dónde están los productos frescos y sobretodo no se desanime, estos cambios no se dan de la noche a la mañana.
“Tarda hasta seis meses incorporar nuevos hábitos, por eso yo hago un acompañamiento de manera que las personas puedan asimilarlos y sostenerlos en el tiempo, hasta que formen parte de su rutina diaria”, concluye Contreras.
Un día a la vez
Practique estos consejos solo por un día y trate de seguirlo al día siguiente, hasta que forme parte de su estilo de vida.
Al despertar, tome conciencia de lo afortunada que es de abrir los ojos otra vez, respire profundo y sonría... En lugar del desayuno con café, pan blanco con mantequilla, queso o jalea, cereal de caja y leche de vaca, ¿por qué no prueba un plato de la fruta que más le guste, unas nueces y un té de hierbas? A media mañana, cambie el queque o galletas por una agua de pipa o un jugo verde, además de llenarla de energía le ayudará a limpiar su sangre.

Al almuerzo, coma con alguien que usted quiera mucho, comparta, haga de la mesa un espacio pleno de buena energía, y en lugar de incluir solo comida cocinada, agregue mucha ensalada y vegetales crudos, llénela de semillas y rocíele un poco de un aderezo saludable y simple como aceite de oliva extra virgen y limón. Coma esto como plato principal.

A media tarde, solo por hoy busque un snack saludable, tome otro jugo verde o unas nueces crudas y sin sal, la fruta que quiera o palitos de vegetales crudos.

Y para la cena, coma en familia, encienda una candela en la mesa, hable de temas alegres y agradables; mejor si come antes de las siete de la noche, prefiera una cena ligera como una sopa de verduras y otra porción de ensalada.

Elimine el azúcar, el exceso de sal, evite el café y las gaseosas. Tome mucha agua de acuerdo a sus necesidades(el requerimiento es menor en personas que incluyen vegetales crudos y frutas). En casos de consumo de comida cocinada y procesada se necesita de ocho y hasta más vasos de agua al día.
Practique ejercicios regularmente, lo ideal es al menos 30 minutos diarios, pero si no puede, por lo menos dos veces a la semana para empezar.